CS19.13 -Ivan Illich – La sociedad desescolarizada (55 mins.)
Entrevista subtitulada a Ivan Illich, autor de La Sociedad Sin Escuelas y El Derecho al Desempleo Creativo:
Sobre deshacer el daño de las escuelas.
Encarcelado en el Aula Global. Londres: Cooperativa Editorial de Escritores y Lectores, 1976.
La educación autónoma implica “desescolarización” (Deschooling) – (desescolarización mental) y “educación permanente” (educación permanente basada en la experiencia social espontánea humana y el intercambio de datos y habilidades) no programada por mediadores institucionales o profesionales. Sin embargo, varios gobiernos han pervertido la educación permanente voluntaria en un esquema de educación permanente, obligatoria, para adultos, dirigida por “los capitalistas del conocimiento y los profesionales con licencia para distribuirla”, y financiada por un impuesto involuntario sobre el salario de sus víctimas, el pueblo trabajador.
Esta educación permanente coercitiva involucra a Francia, pero también amenaza a Estados Unidos, donde un panel de 1974 del Comité Asesor Científico del Presidente instó a una política similar para los Estados Unidos. Destacando dramáticamente la influencia del sistema comunista chino de educación permanente sobre los funcionarios del gobierno y de la educación, fue un poco notorio el discurso del presidente Ford en 1974 que instó a una coordinación más estrecha de la industria y la educación pública y elogió el modelo chino.
Uno de los propósitos principales del esquema pervertido de “educación permanente” es adaptar, integrar, domesticar y dominar a los trabajadores industriales a las necesidades de sus gobernantes políticos y económicos. Otro objetivo es mantener a los intelectuales desempleados mediante la creación de una nueva clase, una nueva profesión de maestros y administradores “permanentes” cuyo estatus social y privilegios se asegurarán mediante el cobro de impuestos sobre los salarios de sus víctimas, los trabajadores. El papel de estos profesionales será debilitar la autosuficiencia y competencia de los trabajadores al monopolizar los conocimientos técnicos necesarios en la nueva sociedad industrial. Así, el ideal autónomo de reemplazar la experiencia profesional monopolística y debilitadora de la escuela con fuentes difusas de conocimiento (en un mercado espontáneo sin institucionalizar formalmente dicho conocimiento) ha sido pervertido por una institucionalización estatal de la llamada educación “permanente”.
Illich prevé varios resultados de esta educación monopolizada. El sometimiento de adultos a la capacitación laboral obligatoria o la pedagogía perpetuará un sentido infantil de dependencia y debilitará la autonomía. Ocurre una infantilización del trabajador adulto que mejora y legitima aún más la dominación tecnocrática y las elites gobernantes. La existencia se convierte en “erudita”; La vida se convierte en un aprendizaje interminable. La sociedad se convertirá en un aula enorme, de tamaño planetario, vigilada por unos pocos satélites, a menos que los “desescolarizados” (deschoolers) puedan evitar la perversión de su ideal complementario de educación como una experiencia humana de por vida, espontánea, no programada y no institucionalizada que lleve a la autonomía o al autogobierno. En lugar de la dependencia perpetua de expertos tecnocráticos.
Según una revisión contemporánea en The Libertarian Forum, “la defensa de Illich del libre mercado en la educación es el hueso en la garganta que está ahogando a los educadores públicos”. Sin embargo la oposición de Illich a la educación pública financiada con fundos públicos, como algunos libertarios también proponen en el orden de repartición de esos recursos a través de vales a las personas, es lo que provoca la confusión entre muchos acerca de que Illich podría ser un libertario.
Los poco informados reducen a Illich a un pedagogo, un antipedagogo, o un proponente del homeschooling, sin embargo, Illich era en realidad un pensador que criticaba la educación como un sistema de dominación del pensamiento, así como algunos otros sub-sistemas del sistema capitalista y del libre mercado, entre ellos la mercantilización de los sistemas de salud o de urbanismo, entre otros.
Sus propuestas para desescolarizar la sociedad, pero también para comprender las alternativas económicas, de salud y de sostenibilidad se pueden encontrar en sus textos dentro de las obras reunidas publicadas por el Fondo de Cultura Económica.
Dice Wikipedia:
La Sociedad Desescolarizada (1971) es un discurso crítico sobre la educación en las economías modernas. Es un libro que atrajo la atención pública sobre Ivan Illich. El libro está lleno de programas muy detallados que prevén de la inefectiva naturaleza de la educación institucionalizada.
Illich postuló la educación autodirigida, apoyada por relaciones sociales intencionales en el marco de fluidos arreglos informales:
La educación universal por medio de la escolarización no es factible. No sería más factible si se le intentara mediante instituciones alternativas construidas según el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas herramientas y métodos físicos o mentales (en el aula o en el dormitorio) ni, finalmente, el intento por ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, dará por resultado la educación universal. La búsqueda actual de nuevos embudos institucionales debe revertirse hacia la búsqueda de su antípoda institucional: tramas educacionales que aumenten para que cada cual transforme cada momento de su vida en un momento de aprendizaje, de compartir, de interesarse. Confiamos en estar aportando conceptos necesarios para aquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educación -y asimismo para aquellos que buscan alternativas para otras industrias de servicio establecidas.1La última oración deja claro lo que sugiere el título- Que la institucionalización de la educación implica la institucionalización de la sociedad. Inverso a esto, aquellas ideas para desinstitucionalizar la educación pueden ser un punto de partida hacia una sociedad desinstitucionalizada.
El libro es más que una crítica —contiene sugerencias y cambios para aprender en sociedad y de manera personal. Particularmente llamativo en su propuesta (en 1971) por el uso de la tecnología en el apoyo en “redes de aprendizaje”.
La operación de encontrar un compañero sería muy sencilla. El usuario podría identificarse por su nombre y dirección y describir las actividades en la que esta interesado. Un computador le enviará de vuelta los nombres y direcciones de todas aquellas personas que hayan insertado en esa misma descripción. Es increíble la simple utilidad jamás usada a tan amplia escala por la actividad pública valorada?2Illich argumenta que el uso de la tecnología para crear redes descentralizadas podría apoyar la meta de crear un buen sistema educacional:
Un buen sistema educacional debería tener tres propósitos: debe proveer a todos aquellos que quieran aprender con acceso a recursos disponibles en cualquier momento de sus vidas; empoderar a todo aquel que quiera compartir lo que sabe por hallar a quienes quieren aprenderlo de ellos. Finalmente proveer a quienes quieran presentar un asunto público con la oportunidad de hacer su reto conocido.3Desarrollando esta idea Illich propone cuatro “”Redes de aprendizaje””:
- Servicios de Referencia Respecto a Objetos Educativos.– un directorio abierto de recursos educacionales y la disponibilidad para los interesados en aprender.
- Lonjas de Habilidades– una base de datos de personas que esperan en listar sus habilidades y las bases en donde se preparan para compartir con otros.
- Servicio de Búsqueda de Compañero– una red que ayuda a las personas a comunicar sus actividades de aprendizaje y objetivos con el fin de encontrar aprendices similares que deseen colaborar.
- Directorio de Educadores Profesionales’ – una lista de profesionales, asistentes de educadores, y donde se muestren detalladamente sus cualidades , los servicios que ofrecen y los términos los que están disponibles.
Dado que la oposición de Illich no era meramente a la educación financiada con fondos públicos, como con los libertarios, sino a la educación como tal; Para él, el abandono de las escuelas no era un medio para un mercado libre de los servicios educativos, sino una sociedad desescolarizada, que era un cambio más fundamental. Como más tarde afirmó en “Después de la escuela, ¿Qué?” (1973): ‘Podemos cancelar las escuelas, o podemos desescolarizar (deschool) la cultura’. En realidad, se opuso a los defensores de la educación de libre mercado como “la categoría más peligrosa de los reformadores educativos”.
Parte de sus posturas, se logra entrever en el texto: La escuela: esa vieja y gorda vaca sagrada:
Duración del video: 47 min. 49 segs.